Algunos de los personajes de este libro pasaron muchas horas de sus vidas yendo al correo, ansiosos por retirar las cajas con los caracoles fósiles y huesos que intercambiaban para discutir la antigüedad o el origen de las formaciones sedimentarias sudamericanas. Se trataba de incorporarlas en la historia geológica del planeta, un esfuerzo que no logró traducirse en un presupuesto estable para financiar esos envíos, las excursiones o las publicaciones relacionadas. En ese marco, más de uno afirmó que el gran museo donde se resguardarían esas muestras serviría para civilizar, combatir el alcoholismo, hacer pozos artesianos o redactar los resultados del censo nacional. Este libro da cuenta de las estrategias desarrolladas para halagar la disponibilidad de dinero, mostrando el lado personal y clientelar de la ciencia. - Comentarios a la primera edición (México, 2008)